El siglo XIII agrega a una técnica en constante evolución importantes variaciones, tan considerables que es lícito preguntarse si, al igual que en la Inglaterra del siglo XVIII, no fue la industria textil la que desempeñó el papel de motor en el progreso técnico. En ese contexto, la industria de la seda ocupa un lugar privilegiado.
Existe ya a principios del siglo XIII una forma primitiva de torcer el hilo de seda. En 1221, el diccionario de Jean de Garlande, en 1226, el Libro de oficios de Étienne Boileau enuman varios tipos de instrumentos que deben ser máquinas para retorcer. Es probable que en Bolonia se pase a usar instrumentos más perfeccionados (entre 1270 y 1280). Desde principios del siglo XIV en Lucca, numerosos documentos aluden a complejos aparatos en uso.
La devanadera, derivada de la industria de la seda, aparece en múltiples formas. La rueda para canear se extiende: aparece su primera representación en una vidriera de Chartres. La urdidora dentada sustituye a la urdidora de pared, a la vez que la rueda para bobinar de la que hay representaciones en las vidrieras de Chartres y en el fresco de la Kunkelhaus de Colonia (hacia 1300). Es posible que esta urdidora dentada también provenga de la industria de la seda: uniformizaba la urdimbre y aumentaba la longitud urdida.
Desde finales del siglo XIV, sin duda a causa de la gran crisis de mediados de ese siglo, la industria se orientó hacia técnicas más baratas, utilizando técnicas y máquinas prohibidas en general por las anteriores reglamentaciones (uso de la lana de calidad inferior, ensimaje, cardado, rueda, telares con varios pies...). En el campo de la seda asistimos a la expansión de los hilados hidráulicos y del telar llamado de Jean le Calabrais, que se produce especialmente en el siglo XV.
Existe ya a principios del siglo XIII una forma primitiva de torcer el hilo de seda. En 1221, el diccionario de Jean de Garlande, en 1226, el Libro de oficios de Étienne Boileau enuman varios tipos de instrumentos que deben ser máquinas para retorcer. Es probable que en Bolonia se pase a usar instrumentos más perfeccionados (entre 1270 y 1280). Desde principios del siglo XIV en Lucca, numerosos documentos aluden a complejos aparatos en uso.
La devanadera, derivada de la industria de la seda, aparece en múltiples formas. La rueda para canear se extiende: aparece su primera representación en una vidriera de Chartres. La urdidora dentada sustituye a la urdidora de pared, a la vez que la rueda para bobinar de la que hay representaciones en las vidrieras de Chartres y en el fresco de la Kunkelhaus de Colonia (hacia 1300). Es posible que esta urdidora dentada también provenga de la industria de la seda: uniformizaba la urdimbre y aumentaba la longitud urdida.
Desde finales del siglo XIV, sin duda a causa de la gran crisis de mediados de ese siglo, la industria se orientó hacia técnicas más baratas, utilizando técnicas y máquinas prohibidas en general por las anteriores reglamentaciones (uso de la lana de calidad inferior, ensimaje, cardado, rueda, telares con varios pies...). En el campo de la seda asistimos a la expansión de los hilados hidráulicos y del telar llamado de Jean le Calabrais, que se produce especialmente en el siglo XV.
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